
La educación para niños con altas capacidades no se va a solucionar sola. No importa cuántas personas con altas capacidades hablen entre sí sobre lo mucho que sus hijos necesitan experiencias educativas diferentes, aún no logramos mover las montañas de políticos y corporaciones que se interponen en nuestro camino. Podemos tener todas las conferencias de educación que queramos. Podemos publicar artículos en revistas y asesorar a las familias, enseñarles a los niños y rogarles a nuestros distritos escolares y a los estados que cambien las políticas. A veces nos tiran un hueso. Pero, en su mayoría, los estados nos quitan huesos de la educación en general. O, si están otorgando algo a la educación, generalmente está vinculado a cosas como las pruebas estandarizadas, la enseñanza estandarizada, la estandarización de todo…lo cual todos sabemos que hace muy poco para ayudar a los niños con altas capacidades en las escuelas.
¿Qué pediríamos si tuviéramos el apoyo de nuestros gobiernos para la educación de los estudiantes con altas capacidades? Bueno, las cosas que piden las organizaciones de apoyo como NAGC y SENG y otras: profesores que los comprendan; flexibilidad en la enseñanza para que puedan lograr y aprender todos los días, sin importar sus niveles de habilidad (como todos los niños merecen); escuelas que puedan trabajar con las familias para apoyar sus necesidades sociales y emocionales; tiempo para que exploren, inventen y creen; oportunidades para que encuentren pares (ya sean otros niños de todas las edades, o mentores adultos); que su educación sea reconocida y que los estudiantes sean bien identificados y apoyados todos los días con actividades que potencien sus fortalezas y fortalezcan las áreas de debilidad.
¿Cómo llegamos a estos objetivos cuando la educación en general se está alejando de la flexibilidad y el aprendizaje individualizado y se está acercando a las pruebas estandarizadas, los planes de estudio estandarizados y los “estándares” que no apoyan el pensamiento fuera de lo convencional? ¿Cómo ayudamos a aquellos que tienen el poder de financiar y de tomar decisiones en nuestra sociedad educativa a superar los malentendidos y avanzar de maneras que sean más saludables para los niños y que los ayuden a disfrutar del aprendizaje?
Aquí hay algunas ideas de dónde podemos comenzar:
Educar a los niños con altas capacidades sobre sus altas capacidades.
Me sorprende cuántos adultos crecen sin entender verdaderamente qué los hace tan diferentes de otras personas...cuántos adultos con altas capacidades nunca supieron lo que eran las altas capacidades, o que ellos mismos las tienen. Muchos programas de educación para niños con altas capacidades los identifican y agrupan en clases, pero nunca les enseñan sobre los rasgos socioemocionales que poseen, los cuales pueden hacerles la vida más fácil o más difícil, dependiendo de qué tan bien sean apoyados o de qué tan bien comprendan y trabajen con esos rasgos ellos mismos.
Existen múltiples libros sobre los rasgos de los niños con altas capacidades. Muchos están escritos para padres y docentes, pero partes de ellos pueden ser utilizados con niños de todas las edades. Leélos y compartílos con tus hijos como padres y como docentes. Si comprenden las razones por las cuales sus mentes reaccionan de manera diferente a la de sus amigos, o los rasgos que tienen que los hacen más intensamente interesados en algunas cosas que en otras, es más probable que se expresen y soliciten apoyo para sus necesidades que si sienten que son simplemente “raros” y tratan de encajar o de pensar que esos rasgos son negativos.
Muchos niños se pierden en la multitud porque intentan encajar o porque no levantan las banderas rojas que otros estudiantes agitan cuando necesitan ayuda. El alto intelecto que tienen los hace lo suficientemente inteligentes como para evaluar si es seguro hablar sobre sus rasgos sobresalientes. Pueden identificar quién será receptivo y quién se burlará de ellos o usará la información más tarde para hacerles daño, incluso si el daño no es intencional. Necesitan conocer sus fortalezas y debilidades para poder trabajar en sus debilidades mientras se sostienen con sus intereses y fortalezas.
Es difícil para estos niños reconocer sus debilidades, pero cuando se dan cuenta de que pueden superar esas debilidades, logran atravesar los momentos difíciles. Esto nos lleva al tema de que a menudo no aprenden a luchar, ya que las habilidades académicas generalmente les resultan fáciles al principio, mientras que otros niños van poniéndose al día con lo que ellos ya están listos para hacer. Entonces, si no se les enseña sobre la necesidad de aprender a luchar, cuando se enfrentan a su primer proyecto o concepto difícil, es probable que se cierren y comiencen a rezagarse académicamente con respecto a otros estudiantes, porque tienen miedo de fracasar o porque no quieren tener que trabajar mucho. Enseñarles sobre sus rasgos y reconocer la tendencia a depender de que las cosas sean “fáciles” puede ayudarlos a lograr sus metas cuando las cosas se pongan difíciles.
Cuando saben más sobre las altas capacidades y pueden comunicarse eficazmente sobre el tema, se convierten en nuestros mejores defensores de la educación especializada. Al enseñarles a pedir lo que necesitan y luego a saber a quién acudir cuando no logren obtener el apoyo que requieren, damos ejemplos diarios en el mundo de la educación para estos niños. Enseñáles quiénes son y qué deben hacer para fortalecer sus propias habilidades y ser sus mejores defensores desde temprano. Sé un buen ejemplo siendo tu propio mejor defensor y mostráles cómo usar la autodefensa a lo largo de sus vidas. Dales muchos abrazos y todo el apoyo que puedas, porque ser un niño con altas capacidades es difícil y hasta que el sistema educativo cambie para apoyarlos mejor, necesitarán todo el amor y el apoyo que podamos brindarles en casa.
Educar a los padres.
¿No sería genial que, tan pronto como se identifiquen los rasgos de altas capacidades en los niños, sus padres recibieran una lista de recursos y acceso a grupos de apoyo para padres, de manera que estuvieran rodeados de apoyo? Algunas escuelas proporcionan información a las familias sobre las características y necesidades cuando los identifican, pero no todas las escuelas lo hacen. Y muchos profesionales encargados de la atención no tienen los recursos suficientes para apoyar adecuadamente a los padres. Para ayudar a los padres a ayudar a sus hijos y a los docentes y administradores que trabajan con ellos, los propios padres necesitan más conocimientos.
Muchos padres ni siquiera saben lo suficiente sobre altas capacidades como para saber que su hijo/a es diferente de otros niños. Esto sucede a menudo cuando se crían niños pequeños. Como padres primerizos, tendemos a pensar que, como nunca hemos sido padres antes, tal vez simplemente no sabemos cómo lidiar con las necesidades únicas de nuestros hijos, cuando en realidad nuestros hijos son diferentes y pueden necesitar apoyo adicional a lo largo de su vida educativa. Ahora, no siempre sabemos pedirlo. Si no estamos preparados para abogar por el apoyo de nuestros hijos desde temprano y con frecuencia, ellos rápidamente pierden terreno y las escuelas no siempre lo captan y no intervienen como esperamos. Los niños a veces se pierden en la multitud y los padres son los que pueden llamar la atención de las escuelas sobre las necesidades de sus hijos mejor que nadie.
Necesitamos mencionarles a los padres primerizos acerca de las altas capacidades cuando escuchamos sobre cosas que sus pequeños están haciendo que parecen rasgos dotados. Necesitamos llegar a las organizaciones de padres y en las publicaciones de crianza y blogs y mencionar los recursos de apoyo a las altas capacidades, tanto locales como nacionales. Si hay eventos en tu comunidad como capacitaciones para la educación de niños con altas capacidades o conferencistas que los padres puedan asistir, o simplemente problemas relacionados que están afectando a los estudiantes en general, pedíle a los reporteros del periódico local que cubran estos eventos y temas para que “altas capacidades” no sea un término extraño para tus vecinos. Cuando visites a los médicos de tus hijos, hablá sobre temas de altas capacidades; cuando vayas al dentista, hablá altas capacidades, y preguntales si podés dejar artículos u otras listas de recursos para que los compartan con otros padres.
No olvidemos las agencias locales de cuidado de niños y otras organizaciones que trabajan con familias que tradicionalmente están excluidas del intercambio de información. Tenemos tantos niños con altas capacidades que no son atendidos por los programas de educación especializada en las escuelas porque sus padres no tienen idea de que esos programas existen. Muchas veces, los padres no se dan cuenta de que necesitan abogar por sus hijos porque los docentes y administradores mismos no entienden los rasgos de altas capacidades.
Necesitamos ayudar a otros padres a saber qué pueden pedir y a dónde pueden ir por ayuda. Necesitamos seguir educándonos para poder mantenernos firmes cuando pedimos que otros apoyen a nuestros hijos.
Educar a docentes y administradores escolares.
Incluso los programas de preparación docente pasan muy poco tiempo en los temas de dotación cuando están formando a la próxima generación de docentes. Pero aquellos que fueron formados hace años recibieron poca o ninguna capacitación sobre altas capacidades. Muchos de los docentes y administradores con los que los niños se encuentran en los sistemas escolares ahora no tienen idea de cómo identificar realmente a las altas capacidades y están estancados en malentendidos, estereotipos y prejuicios que no tienen base en la teoría o la investigación.
Varios estados no exigen que los docentes que trabajan con estudiantes con altas capacidades cuenten con certificación, y los estados que sí la exigen suelen dejar de lado a los educadores que trabajan en clases de educación general. Irónicamente, son precisamente ellos en quienes tenemos que confiar para identificar y derivar a los estudiantes en primer lugar en muchos distritos escolares. Necesitamos llegar a más educadores, pero estamos compitiendo con muchos otros asuntos importantes en este momento, especialmente a la luz de la presión para que los estudiantes de bajo rendimiento aprueben las pruebas estandarizadas.
Pero es precisamente aquí donde debemos intervenir y educar a los profesores y administradores sobre cómo son los niños con altas capacidades, porque a menudo los también suelen tener un rendimiento inferior al esperado. A veces, los problemas de conducta que retrasan su progreso tienen mucho que ver con los rasgos de las altas capacidades: a menudo se portan mal o se niegan a trabajar para profesores que no los comprenden, o cuando sus habilidades se subestiman debido a una identificación errónea, o cuando su necesidad de complejidad no se satisface y les resulta mucho más interesante hacer enfadar al docente o a sus otros compañeros de clase que hacer el trabajo. Muchos tienen problemas socioemocionales debido a que se les asigna un lugar en clases en las que no hay pares intelectuales, o porque necesitan apoyo adicional para comunicarse con niños que no están en la misma frecuencia de pensamiento que ellos. Por su fuerte sentido del bien o del mal e intensidades emocionales pueden estar tan absortos en la necesidad de ayuda para resolver problemas sociales y emocionales que no pueden concentrarse de manera efectiva en el desarrollo de habilidades académicas en un aula sin más apoyo.
Cuanto más ayudemos a los profesores a comprender a los estudiantes talentosos, más tiempo y energía podrán dedicar a los demás estudiantes de la clase cuando nuestros niños participen efectivamente en verdaderas oportunidades de aprendizaje que amplíen sus mentes.
¿Cómo podemos ayudar? Tenemos que ponernos en contacto con los distritos y pedirles que proporcionen a sus profesores recursos y oportunidades educativas y ofrecernos como una forma de que reciban estos sistemas de apoyo. Tenemos que preguntar a las escuelas de formación docente locales si se están centrando en cuestiones de educación para superdotados y pedir a los estudiantes de magisterio que defiendan una mayor educación para superdotados en sus programas. Deberíamos hablar con las asociaciones de padres y profesores y con los miembros de las juntas escolares. Un buen punto de partida puede ser invitar a las personas a tomar un café para hablar con ellas sobre las necesidades individuales de nuestros hijos y luego pasarles algunos artículos para ayudarles a entender la necesidad de apoyar a otros niños como los nuestros. Podemos trabajar con otras organizaciones para superdotados, como las asociaciones estatales para altas capacidades y las organizaciones nacionales, para ofrecer cursos de formación para la comunidad y luego asegurarnos de promocionar el evento entre los profesores con folletos, correos electrónicos, ¡lo que sea que funcione!
Si ya nos encontramos fuera de la red del distrito, tal vez porque hemos tocado su fibra sensible al intentar llegar a ellos, necesitamos encontrar otros aliados locales que tengan relaciones positivas con las personas que dirigen nuestras escuelas y les informen, para que puedan seguir adelante por nosotros. No siempre tenemos que ser los portavoces o la cara de la educación en altas capacidades en nuestras comunidades si no somos tan eficaces como lo puede ser otra persona. Saber cuándo tomar un segundo plano y trabajar desde la barrera es una habilidad de defensa muy importante.
Podemos traer oradores talentosos, como autores de libros e investigadores, para que hablen ante grupos comunitarios e invitar a personal escolar importante para que nos acompañe como invitados. Considerar que, a veces, es tan importante establecer contactos con las secretarias y los conserjes como con los directores, los docnetes y los miembros del consejo escolar, porque también interactúan con los niños todos los días y pueden influir en la forma en que se trata a los niños en las escuelas a diario. Cuanto más inundemos las escuelas con educación en altas capacidades de manera positiva, más probabilidades habrá de que los profesores y administradores se muestren abiertos y receptivos a escuchar los mensajes. Si podemos asumir la responsabilidad, es mucho más probable que se produzcan los cambios que si tratamos de forzarlos.
Educar fuera de los sistemas educativos.
No basta con hablar sólo con los que están dentro del sistema para hacer cambios permanentes. A menos que nuestras comunidades también comprendan las altas capacidades sin caer en los estereotipos (como “todos los niños son superdotados”, o “los niños con altas capacidades tienen un rendimiento superior”, o “no necesitan tanto apoyo como los estudiantes de niveles inferiores”), nunca vamos a ganar terreno real. Y en realidad no son sólo los políticos los que necesitan escuchar el mensaje, porque los políticos van y vienen en función del público votante. Si tenemos miembros de la comunidad que creen que todos los niños deben aprender todos los días, en lugar de centrarse sólo en aquellos con un intelecto o capacidades inferiores, entonces apoyarán a los niños con altas capacidades en todos los ámbitos de la vida. En los equipos deportivos serán mejor comprendidos y apoyados; en sus citas médicas serán mejor atendidos y las familias serán mejor tratadas (y los diagnósticos erróneos basados en rasgos de altas capacidades serán limitados); y en los parques y bibliotecas locales tendrán mejores interacciones con otros niños y adultos.
Imaginemos que antes de que la gente comprendiera el síndrome de Down o el síndrome de Asperger tanto como ahora (que es un área de comprensión que todavía se está desarrollando), la gente no sabía cómo interactuar con los niños que tenían estas características y, a menudo, esos niños eran excluidos y tratados mal por el público. Con una mayor educación de nuestra población nacional, podemos ver un aumento en la comprensión y eso crea un entorno más acogedor para niños con problemas como estos. Imaginemos cuánto podría ayudar la educación a otros a comprender a nuestros niños con altas capacidades en la sociedad.
Pero lo que es aún más importante, son nuestras comunidades las que eligen y colocan a nuestros líderes que toman decisiones sobre la educación. Y esos líderes a menudo provienen de nuestros barrios y de nuestras empresas locales y organizaciones sin fines de lucro. Si empezamos por educar a los demás en general, entonces aumentaremos nuestro ejército de soldados dispuestos a abogar por un mayor apoyo para los niños con altas capacidades en nuestras escuelas.
Si les informamos sobre las poblaciones étnicas y culturales desfavorecidas, podemos influir en el apoyo a los programas multiculturales de altas capacidades y crear defensores que estén dispuestos a derivar a los niños de los clubes deportivos locales y de los programas de cuidado después de la escuela para que reciban apoyo en sus escuelas. Podemos cambiar la forma en que comunidades enteras piensan sobre los niños ayudándolos a comprender que los niños con bajo rendimiento podrían ser mucho más inteligentes de lo que jamás imaginaron, pero sus habilidades no se han aprovechado. Podemos ayudar a unir a las comunidades mostrando a los defensores de grupos de niños lo que tenemos en común con ellos en lugar de las diferencias que suelen enfatizar las opiniones estereotipadas sobre las altas capacidades. Podemos ayudar a los defensores de la educación especial a comprender a los niños doblemente excepcionales (2e) y ayudar a promover políticas educativas que tengan en cuenta la cultura.
Hay muchas maneras en las que podemos influir en cómo sopla el viento en la educación, simplemente educando a las masas y luego pidiéndoles que también ayuden en este proceso. Te sorprenderá saber cuántas personas usarán la información que les diste cuando hablen sobre educación con otras personas en el futuro. Esta información es como un reguero de pólvora: se propaga por todas partes.
Incentivar a los niños a ser defensores.
Los niños con altas capacidades tienen un intelecto que muchos políticos sólo podrían soñar con tener y que podrían centrarse en cambiar el mundo si supieran cómo utilizarlo para efectuar cambios.
No se trata de criticar a los políticos, porque hay muchos políticos brillantes por ahí, pero muchos adultos con altas capacidades evitan involucrarse en la política por múltiples razones: algunos de ellos son introvertidos por naturaleza y no disfrutan de ser el centro de atención; algunos tienen otros intereses y nunca se preocuparon mucho por la política en general; y algunos de ellos (yo diría que muchos) nunca se involucraron en la política a una edad temprana, por lo que crecieron creyendo que la política y los políticos simplemente no eran accesibles o que la política en general no tenía sentido porque no se enfatizaba la educación cívica en la escuela y sus familias no participaban, por lo que ellos tampoco se involucraron.
Es posible que a este último grupo de personas no se les haya explicado bien qué es “involucrarse” en la política; tal vez creían que para hacerlo había que presentarse como candidato, trabajar en el Capitolio o donar toneladas de dinero. Tal vez pensaban que los políticos no hacían las cosas como debían, por lo que descartaban la política como algo negativo. Pero si a los niños con altas capacidades se les enseña desde pequeños que involucrarse es algo positivo, que sus voces significan algo, que pueden generar cambios de múltiples maneras e influir en los demás con sus conocimientos, entonces tal vez puedan crecer y convertirse en fuertes defensores de la educación y otras causas que influyen en las vidas de los niños y adultos con altas capacidades, y con el tiempo nuestro mundo cambiaría en una dirección más favorable a los objetivos de la defensa de las personas con altas capacidades en general.
¿Cómo podemos fomentar esto? Ayudando a todos los estudiantes a darse cuenta de su valor en sus comunidades, conectándolos con organizaciones y líderes locales de todo tipo, y brindándoles conocimiento sobre los procesos y las interacciones que dan lugar a decisiones que afectan a todos en el día a día.
Necesitamos enseñarles educación cívica, economía e historia del mundo. Necesitamos enseñarles a comunicarse de manera eficaz ayudando a nuestros niños a desarrollar un vocabulario sólido y a elegir palabras eficaces. Necesitamos enseñarles a participar en debates, apoyados por habilidades de redacción de discursos y presentaciones, y una redacción eficaz de cartas. La comprensión lectora es crucial no solo para entender las insinuaciones y la expresión literal, sino también para formular respuestas eficaces y razonadas.
Deberíamos enseñarles a analizar las decisiones gubernamentales a lo largo de la historia y evaluarlas en función de sus propios códigos morales, la ética de la sociedad y los objetivos de sus regiones, sus vecindarios y el país en su conjunto.
Podemos conectarlos con líderes que acogerán con agrado sus voces en los debates, trayendo oradores para hablar con clases de niños y brindarles lecciones de la vida real, para discutir eventos actuales que impactan sus propias vidas y les interesan, para ayudarlos a redactar cartas para pedir a los políticos que cambien las cosas para ayudar a sus familias o mejorar sus áreas de juego o las opciones de transporte de sus familias.
Necesitamos llevarlos a los lugares donde se toman las decisiones, tanto en el panorama gubernamental más amplio, es decir, los tribunales, las cámaras legislativas, las reuniones de los consejos municipales y las reuniones de los distritos de parques, como en el panorama más pequeño y detallado, es decir, las reuniones de las juntas directivas de organizaciones sin fines de lucro, los eventos de los consejos vecinales, las reuniones con administradores escolares y asociaciones de padres y docentes, y otros grupos de personas que se preocupan.
Tenemos que mostrarles a los niños cómo contribuir y participar en cuestiones que les preocupan para que sientan que tienen un impacto cuando son pequeños. Al hacer esto, pueden poner sus talentos a trabajar en cosas que ayuden a los demás y mejoren las circunstancias para ellos mismos y para las personas que les importan. Cuando tengan preguntas o dudas, debemos mostrarles dónde ir para aprender más, ajustar sus velas y seguir adelante incluso a pesar de las dificultades. Porque luchar por algo que es más grande que una tarea de clase a menudo vale mucho más la pena y de esos momentos surgen lecciones de vida más importantes que cualquier cosa que los docentes puedan crear en un libro de texto.
Una vez que les enseñamos cómo aprovechar su conocimiento de la historia y las habilidades que necesitan para interactuar eficazmente con otros en la sociedad, son como flechas que avanzan hacia la sociedad, finamente afinadas para crear cambios y crear otros líderes a lo largo de su camino al infectarlos con su entusiasmo y pasión por sus causas.
Imaginemos cuánto más eficaces podríamos ser como defensores de la educación si nuestros hijos supieran incluso más que nosotros sobre los temas que nos interesa solucionar, cuánto más poderosas serían las masas si comprendieran cómo se pueden utilizar sus acciones para lograr un cambio positivo. Pensemos en cuántos rasgos negativos de las altas capacidades, como la ansiedad, la depresión, la soledad, la desesperanza, etc., se pueden revertir si se les enseña a los niños a utilizar sus talentos y deseos naturales para marcar una diferencia, a ser escuchados por personas que de otro modo tal vez nunca pensarían que los escucharían y a ayudarlos a contribuir de manera que puedan cambiar las cosas para muchas otras personas.
Este es un trabajo en progreso. Algunos docnetes ya están avanzando en estas áreas. Hay muchos lugares a los que puede acudir para obtener información sobre cómo educar a los niños, padres, miembros de la comunidad, defensores y otras personas sobre las necesidades de educación y las características de las altas capacidades. Comencemos por comunicarnos con las escuelas locales y preguntarles sobre los recursos que tienen. Si no tienen recursos o solo tienen recursos limitados, enviemosles más información a medida que la encontremos y formemos un equipo de búsqueda para mejorar el acceso a los recursos para su personal. Busquemos en línea grupos de defensa locales y grupos de apoyo para padres. Revisemos las listas de recursos y bibliotecas de SENG y NAGC. Miremos sitios web como Hoagies que enumeran múltiples fuentes. Involucrémosnos con organizaciones de padres como grupos de educación en el hogar y grupos de padres de niños con altas capaciadades que tienen blogs y páginas de Facebook y mantengamosnos al día con las oportunidades de investigación y educación locales asistiendo a conferencias estatales y nacionales sobre educación en altas capacidades: los padres suelen ser bienvenidos y apreciados en esos eventos.
Como individuos, somos tan fuertes como nuestros brazos pueden alcanzar y nuestras voces pueden ser escuchadas, pero si nos acercamos a otros que comparten nuestras preocupaciones por la educación en general, somos mucho más fuertes. Utilicemos las redes que tenemos y creemos otras nuevas a medida que avanzan y juntos tal vez podamos ver un cambio en la educación para servir mejor a todos los niños, liderando con nuestro ejemplo al pedir a las escuelas que diferencien, que comprendan mejor a cada niño y que ayuden a cada niño a aprender, todos los días. Gracias por todo lo que hacen por estos niños y por todo lo que haremos por ellos a medida que avanzamos juntos por este camino.